El día después de mañana
De pronto una nube negra se desplegó en el cielo, avanzando desafiante. Una pared negra. Piedras de cinco centímetros empezaron a caer. Y entonces el aire se convirtió en hielo y las calles en ríos. No, no estoy fabulando. Malabia y Costa Rica, a las 4 de la tarde. Mi auto escapó de los magullones por un poquito así. Uno que otro raspón... El clima está jodido..