28 abril 2006

a la mar



Ir de un punto a otro. Transitar. El cambio tiene eso del tránsito. Salir de aquí para llegar allí, aunque "allí" no se entienda nunca cómo es, hasta que es. Es el pasaje del pasado al futuro, del ayer al hoy al mañana. Cómo ese mañana nadie lo sabe. Sólo hay que inventárselo. Y atravesar el tránsito, que es duro, nervioso, atado, ojeroso.

Un día el cuerpo no te da más, te estalla la cabeza, los músculos se tensan y entonces es major decir basta. Soltar. Relajarse y que el "allí" llegue solo. Es decir, que todo te chupe un huevo hasta que finalmente se arregla. Una barca suelta en el mar, siempre a algún lado llega.

24 abril 2006

Hanif Kureishi en la Feria del Libro


-“Aburrirse es importante”

-“Escribir es mezclar aspectos de mi experiencia. Nadie nace escritor, ser escritor es aprender a compilar las partes de uno mismo

-“Enseño a escribir porque me gusta trabajar con la gente que no tiene talento. Siempre sospecho de la gente que escribe fácilmente. La lucha por escribir es más importante que el resultado. La gente no nace talentosa; los errores son lo más importante en la vida de una persona.”

-“Muchos de mis amigos se casaron muy jóvenes y se divorciaron a los 40. Estamos obsesionados por las historias de amor, pero también enamorarse implica desenamorarse, es parte de la vida, es como vivir y morir. Por eso quise escribir un libro sobre lo que significaba desenamorarse”.

21 abril 2006

Corre L corre



Suena el despertador. El cuerpo duele. Duelen los oídos, el cerebro, los huesos entumecidos de la noche. Duele el día que aún no empieza.
Levantarse tratando de apaciguar tanta dorixina relax. Como un rito mágico, hacer todas las mañanas lo mismo: ponerme una campera de jogging raído, poner la pava a calentar, preparar el mate, escuchar a Fernando Confesore a ver cómo va a estar el tiempo. Bañarme, despertar a mi niño, convencerlo de que hay vida allí afuera y que es maravillosa. Prepararle la leche, hincharle las pelotas para que la tome, pero con mesura para que no se enoje y no arruine la partida al jardín.
Tirarle besitos a la distancia, que él los tome con su manito dormida y se los pegue en el cachete. Amarlo por eso. Reconciliarse con la vida por eso.
Salir corriendo cargando con la cartera, la comida para el mediodía, la mochila del pequeño, los juguetes del pequeño. Correr y correr hasta el jardín, como una ráfaga. Subir, besarlo, despedirse, bajar. Correr al trabajo. Todos te miran porque llegás tarde. Trabajar, trabajar.. Correr. Correr para volver, para que él te de un abrazo de niño, fuerte, apretado. Correr para ir a dormir. No puedo más.

18 abril 2006

anche io




Yo también pude.
Como mi amiga G, solté mi pasado. Durante años y años cargué mudanza tras mudanza una pila de fotos, cartas, papeles, agendas, flores secas y aledaños que prolijamente acomodé en todas las bibliotecas de mi vida.

Al borde de una nueva mudanza (voy por la 13) y al fin de una separación, decidí no cargar más con mi pasado. Anoche desplumé álbumes de fotos, releí y rompí miles de palabras, tiré todas las agendas y dormí feliz.

Sólo guardé una carta de amor de mi primer hombre, donde me invita por primera vez a hacer el amor con una ternura que había olvidado.
Eso guardé, la ternura, los buenos recuerdos, mis fotos de viajes. Me resguardé.

No pude tirar las fotos del papá de mi hijo, pero decidí que estarán en la biblioteca de su cuarto. No en la mía.
Adiós Pasado Adiós, hasta la muerte.

12 abril 2006

Una noche es una noche



Antes de salir por primera vez con un muchacho, las mujeres solemos seguir distintos ritos. Aquí van algunos:

-Un pulido corporal con azúcar y limón en todo el cuerpo. La piel te queda lisita. Después, viene un aceite tipo Johnson para bebé, para contrarestar el limón.
-Depilación fundamental para sacarse esos cardos que nos acompañaron toda la semana. En los bigotes, ya vendrá el maquillaje para tapar el rojo de la piel inflamada.
-Una vez me confundí la crema para peinar rulos y me puse aceite Johnson en el pelo. El tipo debe pensar que soy una grasienta espantosa.
-Probarse todos los conjuntitos de enccaje que tenemos. Y mirarse en el espejo.
-Ponerse tacos una hora antes, para que la empanada se vaya acostumbrando.
-Comprar forros, aún pensando que es choto que él no tenga.
-Ir a la cosmetóloga unos días antes y que te apriete todos los puntos negros hasta que ya no te quede ni grasa en la panza.
-Conozco una que se hizo una limpieza de dientes el mismo día.
-Elegir maquillaje impecable u ojeras onda look reventé.
-Jean o pollera?
-Uñas: basta de garras, adiós cutículas. Esmalte color vía láctea. Para no impresionar.
-Probarse todo el placard. Elegir siempre lo mismo.
-Descorchar un vino y tomarse una copa para entonarse.
-escuchar un disco de Ella Fitzgerald y cantar a los gritos: …”but its your turn to cry over me…”
-Llamar a tu mejor amiga y decirle que estás nerviosa.
-Llamarla de nuevo, para decirle que seguís nerviosa.
- Sacarte todo el maquillaje media hora antes de que toque el timbre.
-Volver a pintarte.


Bueno, no sé… Mañana les cuento cómo me fue.. Qué mierda harán ellos?

10 abril 2006

Reflexiones y delirios acerca de El primer beso


Dice Borges:
Entonces, ¿qué es estar enamorado?
Estar enamorado es percibir lo único que hay en cada persona, eso único que no puede comunicarse salvo por medio de hipérboles o de metáforas.


-El primer beso es fundante. Es determinante. Si el primer beso es malo, no hay retorno. Lo que sigue, sólo vale si el beso es bueno.
-El primer beso es el momento en que la fantasía comienza a tener cuerpo. Al mismo tiempo alivia y da vértigo. Alivia, pues da cuenta de encuentro y da vértigo, justamente por lo mismo.
-Los tres segundos anteriores al primer beso son únicos. La razón abre paso a los sentidos y todo se vuelve ansiedad, nervios, sudor, olor, boca.
-Si te gusta el primer beso, está bueno que haya otros.
-Si eso pasa, desaparecer es choto.
-El primer beso es mágico, justamente porque no se sabe de qué se trata.
-El primer beso siempre es largo.
-Si es el primer beso, mejor que sea de noche. Hay más tiempo.
-El primer beso te deja sin respiración.
-El primer beso hincha los labios.
-El primer beso te deja estúpido una semana.
-El mejor primer beso del cine es el que se dan Michelle Pfeiffer y Al Pacino en Frankie and Johnny. Durante 3 segundos son pura boca.

Mate (por Lalo Mir en Radio Mitre)


El mate no es una bebida. Bueno, sí. Es un líquido y entra por la boca. Pero no es una bebida.
En este país nadie toma mate porque tenga sed. Es más bien una costumbre, como rascarse.
El mate es exactamente lo contrario que la televisión: te hace conversar si estás con alguien, y te hace
pensar cuando estás solo.
Cuando llega alguien a tu casa la primera frase es "hola" y la segunda "¿unos mates?".
Esto pasa en todas las casas. En la de los ricos y en la de los pobres.
Pasa entre mujeres charlatanas y chismosas, y pasa entre hombres serios o inmaduros. Pasa entre los viejos de un geriátrico y entre los adolescentes mientras estudian o se drogan.
Es lo único que comparten los padres y los hijos sin discutir ni echarse en cara.
Peronistas y radicales ceban mate sin preguntar. En verano y en invierno.
Es lo único en lo que nos parecemos las víctimas y los verdugos; los buenos y los malos.
Cuando tenés un hijo, le empezás a dar mate cuando te pide. Se lo das tibiecito, con mucha azúcar, y se
sienten grandes. Sentís un orgullo enorme cuando un esquenuncito de tu sangre empieza a chupar mate. Se te sale el corazón del cuerpo. Después ellos, con los años, elegirán si tomarlo amargo, dulce, muy caliente, tereré, con cáscara de naranja, con yuyos, con un chorrito de limón.
Cuando conocés a alguien por primera vez, te tomás unos mates.
La gente pregunta, cuando no hay confianza: "¿Dulce o amargo?". El otro responde: "Como tomes vos"
Los teclados de Argentina tienen las letras llenas de yerba.
La yerba es lo único que hay siempre, en todas las casas.
Siempre.
Con inflación, con hambre, con militares, con democracia, con cualquiera de nuestras pestes y maldiciones eternas. Y si un día no hay yerba, un vecino tiene y te da. La yerba no se le niega a nadie.

Éste es el único país del mundo en donde la decisiónde dejar de ser un chico y empezar a ser un hombre ocurre un día en particular. Nada de pantalones largos, circuncisión, universidad o vivir lejos de los padres.
Acá empezamos a ser grandes el día que tenemos la necesidad de tomar por primera vez unos mates, solos.
No es casualidad. No es porque sí. El día que un chico pone la pava al fuego y toma su primer mate sin que haya nadie en casa, en ese minuto, es que ha descubierto que tiene alma.
O está muerto de miedo, o está muerto de amor, o algo: pero no es un día cualquiera.
Ninguno de nosotros nos acordamos del día en que tomamos por primera vez un mate solo. Pero debe haber
sido un día importante para cada uno. Por adentro hay revoluciones.
El sencillo mate es nada más y nada menos que una demostración de valores...
Es la solidaridad de bancar esos! mates lavados porque la charla es buena.
La charla, no el mate.
Es el respeto por los tiempos para hablar y escuchar, vos hablás mientras el otro toma y es la sinceridad para decir: ¡Basta, cambiá la yerba!". Es el compañerismo hecho momento.
Es la sensibilidad al agua hirviendo.
Es el cariño para preguntar, estúpidamente, "¿está caliente, no?".
Es la modestia de quien ceba el mejor mate.
Es la generosidad de dar hasta el final.
Es la hospitalidad de la invitación.
Es la justicia de uno por uno.
Es la obligación de decir "gracias", al menos una vez al día.
Es la actitud ética, franca y leal de encontrarse sin mayores pretensiones que compartir.

El Pasado


El título de este post no se refiere a la buena novela de Alan Pauls. Ayer acompañé durante 8 horas a mi amiga G, mientras desmontaba su casa de soltera porque tiene que alquilarla. Ocho horas duras de enfrentarse papel tras papel al Pasado. No era su primera mudanza, pero era la primera vez en 20 años que la conozco, que estaba decididamente resuelta a soltar su historia. Y allí, en cajas y bolsas negras de consorcio, desaparecieron apuntes, fotos y fotos de ex novios, papeles y papelitos varios juntados con ahínco durante toda la vida. Fue fuerte para ella. Y para mí. Todo cambia señores. El pasado vive con uno hasta donde uno quiere. Yo me mudo en un mes y nunca pensé en tirar las fotos. Lo estoy pensando... les cuento cuando sepa. Hay algo de mí que aún no se atreve a romperle la cara en pedacitos a cada uno de esos por los que tanto lloré. Ojalá pueda. Salute.